El arbusto del jojoba tiene su origen en las zonas semi-desérticas del norte de México y del sur de California y Arizona, en EEUU. Su nombre científrico es Simmondsia chinensis. Su nombre indio era “Hohowi”. Y el nombre de “Jojoba” deriva de su antiguo nombre mejicano “Chohobba”, que se ha convertido en “Jojoba” en castellano.
Esta planta sirve de alimento a ciervos, cabras y ovejas por sus semillas, muy ricas en proteínas (35%), mientras que el aceite también se utilizaba como un remedio para curar heridas, para proteger la piel y el cabello contra el la sequedad del desierto. El jojoba se utilizaba como un tónico para el cabello, pero la virtud esencial del jojoba era preservar la suavidad de la piel.
El sistema radicular del jojoba mantiene el suelo estable y frena el avance del desierto en el mundo. Tiene una gran resistencia frente a condiciones de gran sequía, hasta el punto que puede resistir un año y medio sin aporte de agua.
Su floración comienza en marzo/abril. El fruto es una cápsula que se desarrolla en julio/agosto. En el desierto de Sonora el jojoba vive en simbiosis con un pequeño ratón (Perognatus baileyi), del que se alimenta , y al hacer sus madrigueras facilita la penetración del agua en el suelo facilitando la germinación de las cápsulas. El jojoba se cultiva en América del Sur, Israel, Argentina y África.
Propiedades
El aceite de jojoba es calificado como aceite, pero por su composición química, se trata más bien de una cera líquida. Parecida al sebo humano, crea una capa de hidratación no grasa en la piel. Se trata de una aceite estable, no se rancia y resiste bien el calor.
Este aceite es interesante porque contiene altos niveles de ácidos grasos poliinsaturados. El aceite de jojoba se caracteriza también por su alto contenido en insaponificables: desempeña un papel importante en la protección de la piel (absorción en el UV-B, la máx: 280 nm) y para su curación.
– Emoliente: Penetra en la piel y la regenera.
– Equilibrante: Sin duda, a causa de su parecido al sebo humano, su utilización en la piel regulariza la producción del mismo.
– Protector: Crea una película no grasa que preserva la hidratación natural de la piel contra las agresiones por frío y sequedad.
– Antiinflamatorio: Excelente base para cremas destinadas a pieles sensibles.
– Protector rayos UVA: Filtro solar natural de proteción 5.
Utilización en cosmética
Su penetración es extraordinaria. Posee un agradable aroma y no necesita refinado. Ideal para pieles sensibles, secas y con acné. Gran poder cicatrizante y suavizante. Excelente también para el cuidado del cabello, nutritivo, suavizante, fortificante y lo vuelve más brillante. Combate la caspa.
