Aunque la verbena común o hierba sagrada (Verbena officinalis) tiene su origen en América del Sur, los españoles introdujeron este arbusto en Europa en el siglo XVIII. Actualmente esta planta aromática se cultiva sobre todo como ornamental. También se comercializa su aceite esencial, pero debido a la dificultad en su proceso de extracción, su precio es elevado. Por ello, el aceite esencial de verbena raramente se usa en productos de baño, como sales o jabones. Es utilizado principalmente en los productos de belleza y perfumes de alta gama.
Al buscar aceite esencial de verbena hay que asegurarse de que éste sea puro. A veces se encuentra a precios más económicos, pero diluidos con aceite esencial de citronela, menos costoso, que evidentemente disminuye sus propiedades terapéuticas.
Propiedades
– El aceite esencial de verbena combate el insomnio. Todo lo que hay que hacer es añadir 3 gotas de aceite de verbena y 3 de aceite de lavanda en un difusor.
– Un masaje con aceite de verbena en sienes, nuca y frente alivia migrañas y dolores de cabeza.
– Para sanear el ambiente, mezclar en un pulverizador 10 gotas de aceite de verbena en unos 60 ml de agua destilada y vaporizar el aire y sobre la ropa de cama y almohadas.
– En uso interno, para aliviar espasmos en el estómago y molestias hepáticas añadir de 3 a 5 gotas de aceite esencial de verbena en agua caliente o en una infusión.
– Para bajar la fiebre verter 2 gotas de aceite en un terrón de azúcar.
– En inhalación aumenta las defensas del sistema inmunitario, combate las afecciones gripales y la sinusitis.
– En gargarismos alivia las neuralgias dentales.
Precauciones
En caso de embarazo este aceite debe ser utilizado con prudencia. Antiguamente se usaba para facilitar las contracciones del parto, pues se asociaba a la estimulación de los músculos uterinos.
Puede asimismo ser irritante para la piel. Es mejor mezclarlo con un aceite vegetal de su elección para evitar posibles irritaciones.