Muy bueno
No ha bajado mis expectativas
Aceite esencial Mandarina Roja Bio
5,81€
IVA incl.
Especificaciones técnicas
- Nombre botánico:
- Citrus reticulata
- Familia:
- Rutácea
- Parte utilizada:
- Cáscara fresca
- Componentes principales:
- D-limoneno, g-terpineno
- Cultivo:
- Bio
- Fotosensibilizante:
- Sí
- CAS:
- 8008-31-9
- Origen:
- Italia
Libre de experimentación y crueldad animal
Agricultura respetuosa con el medio ambiente
Libres de pesticidas, sin metales pesados, fitatos, ni derivados petrolíferos
Libre de organismos modificados genéticamente
Calidad terapéutica
Directo de pequeños productores
Comercio justo
La mandarina roja, también conocida por su nombre botánico de Citrus reticulata Blanco, es un cítrico nativo del sudeste de Asia. Muy difundida en China y Vietnam, la mandarina no llegó a Europa hasta el siglo XIX, cuando se plantó en las regiones italianas de Calabria y Sicilia, junto con la bergamota y la naranja dulce.
Crece en un pequeño árbol redondo del mismo nombre que crece de tres a seis metros de altura. Sus hojas verde oscuro y brillantes son estrechas y alargadas, más pequeñas que en otros árboles de cítricos. En junio, el mandarino está cubierto de flores blancas muy fragantes que liberan un sutil y agradable aroma. Dan lugar a frutos globulares, cada uno con una parte superior e inferior ligeramente aplanada, que se cosechan en enero.
Su brillante piel está cubierta de glándulas de olor que emiten un olor a zumo cuando se pela la fruta. Nuestro aceite esencial de mandarina roja italiana, 100% puro y natural, se obtiene por la expresión fría del pericarpio. La mandarina roja pertenece a la misma especie botánica que la mandarina verde, solo se diferencia por ser más madura, con un color de cáscara más intenso y una fragancia cítrica con notas más amargas y menos picantes que las de la mandarina verde.
El nombre común "mandarina" es una referencia a China, la tierra natal de esta fruta. Los altos dignatarios del antiguo Imperio Chino, llamados Mandarines, llevaban ropas ceremoniales de un color naranja que recordaba a la cáscara de la mandarina. Esta jugosa, dulce y muy sabrosa fruta estuvo reservada durante mucho tiempo a las clases altas y se consideraba un lujoso postre. Además de su sabor popular, la mandarina también posee reconocidas propiedades terapéuticas, con propiedades calmantes y sedantes que promueven la relajación mental y física.